El cambio climático y el cuerpo humano


Septiembre 1, 2024 | Lectura en 3 minutos
 

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La Organización Mundial de la Salud ha descrito el cambio climático como “la mayor amenaza para la salud del siglo XXI”. Se trata de una crisis sanitaria global que afecta a millones de personas en todo el mundo. Fenómenos meteorológicos tales como olas de calor, incendios forestales, inundaciones, tormentas tropicales, lluvias torrenciales y huracanes están aumentando en escala, frecuencia e intensidad. Y su impacto supone una amenaza para el cuerpo humano, ya que afecta a los alimentos que comemos, al agua que bebemos, al aire que respiramos y al tiempo que experimentamos.

Algunos de los efectos del cambio climático en nuestra salud y bienestar son los siguientes: 

El cambio climático está relacionado con un aumento de los alérgenos y contaminantes dañinos en el aire, lo que puede hacer que más personas lidien con enfermedades como asma, alergias, enfermedades pulmonares, EPOC y otros problemas respiratorios.
El cambio climático puede dar lugar a la transmisión de más enfermedades a humanos a través de mosquitos, moscas y garrapatas, las cuales se conocen también como enfermedades transmitidas por vectores. Es probable que las garrapatas que transmiten enfermedades como la enfermedad de Lyme y el virus del Nilo Occidental aumenten y se propaguen a nuevas zonas. Los mosquitos y las enfermedades que transmiten (como la malaria, la fiebre del río Ross, la encefalitis japonesa, la fiebre del dengue o el zika) también podrían extenderse más.
Las olas de calor extremo pueden desencadenar situaciones de estrés térmico como golpes de calor, agotamiento por calor e insuficiencia renal crónica. También pueden desencadenar ataques cardíacos en personas con afecciones cardíacas. Si estás expuesto a calor extremo durante demasiado tiempo, el estrés puede provocar una cascada de problemas en todo el cuerpo. Puede dar lugar a agotamiento por calor, golpes de calor y tensión en el sistema cardiovascular, lo que puede producir ataques cardíacos e ictus en personas vulnerables. 
Es probable que las lluvias torrenciales e inundaciones aumenten la exposición a enfermedades transmitidas por el agua, incluidas aquellas relacionadas con la contaminación del agua potable desde los sistemas de saneamiento. Esto puede desencadenar un brote de enfermedades bacterianas como el cólera, que puede causar diarrea severa y ésta, en consecuencia, deshidratación. Es probable que las aguas recreativas experimenten más brotes de patógenos acuáticos, incluidas la proliferación de algas nocivas y la bacteria Vibrio. 
Los virus, las bacterias y los parásitos se multiplican con mayor facilidad a altas temperaturas. Esto ha desencadenado un aumento en la propagación de más enfermedades transmitidas por los alimentos como la gastroenteritis.

Se ha producido un aumento significativo del duelo climático, la depresión, el estrés y la ansiedad en los últimos años. Vivir un fenómeno como un incendio forestal, un huracán o una inundación puede causar malestar y trauma psicológicos. Y a muchos, el simple hecho de considerar el futuro del planeta puede causarles sentimientos de miedo, ansiedad y depresión. Incluso hay nuevos términos para describir algunos de los efectos del cambio climático en la salud mental, incluidos ansiedad climática, duelo ecológico y solastalgia. 

Aunque el cambio climático tiene el potencial de hacernos sentir un poco indefensos, hay pasos que puedes seguir para garantizar tu salud y bienestar:

1. Prepárate para el calor extremo: No salgas y planifica actividades al aire libre para los momentos más frescos del día. Mantente hidratado, usa protector solar, un sombrero y ropa fresca. 

2. Reduce tu exposición a la contaminación del aire: Ventila tu casa con regularidad.  

3. Practica una buena higiene y seguridad alimentaria: Lávate las manos con frecuencia para disminuir el riesgo de intoxicación alimentaria. Lava o pela la fruta y verdura antes de comerla, y cocina bien la carne. 

4. Protégete de las picaduras de mosquito: Usa repelente para mosquitos y ropa que cubra tu cuerpo. Asegúrate de estar al día con las vacunas. 

5. Cuida tu salud mental y bienestar: Haz mucho ejercicio, duerme adecuadamente, pasa tiempo con tus seres queridos, dedica tiempo a tus aficiones y entra en contacto con la naturaleza. 

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