COVID persistente


Abril 2, 2024 | Lectura en 3 minutos
 

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Si te has recuperado de la COVID-19, pero sigues teniendo algunos síntomas, es posible que padezcas “COVID a largo plazo", “síndrome post-COVID” o, como se le conoce más comúnmente, “COVID persistente”. La Organización Mundial de la Salud define la COVID persistente como síntomas que comienzan (normalmente) en los tres meses posteriores a haber tenido COVID, duran dos meses como mínimo y no hay otra enfermedad que los pueda explicar. Los síntomas pueden fluctuar o volver a aparecer con el tiempo. 

Aún se desconoce por qué algunas personas que contraen COVID-19 siguen lidiando con una serie de síntomas post virales meses después de la infección. Para muchos, sin embargo, la COVID persistente afecta gravemente a sus vidas, impidiéndoles trabajar o disfrutar de las actividades cotidianas.

Las personas con COVID persistente pueden presentar una amplia variedad de síntomas que pueden durar semanas, meses o incluso años tras la infección. Es posible que experimenten problemas de salud de distintos tipos, así como combinaciones de síntomas que pueden aparecer, persistir, desaparecer y volver a aparecer durante diferentes períodos de tiempo. 

La COVID persistente tiene hasta 200 síntomas notificados, pero en general, los síntomas más habituales son la falta de aire, la disfunción cognitiva o "confusión mental", los dolores musculares y la fatiga persistente.

Sin embargo, hay muchos otros síntomas de la COVID persistente que se han identificado a través de la investigación. Incluyen lo siguiente:

Síntomas cardíacos

  • opresión o dolor en el pecho
  • palpitaciones

Dolor articular y muscular

  • dolor muscular y articular
  • dolor en la espalda u hombros

Síntomas cerebrales (neurológicos o cognitivos)

  • problemas con la memoria y el pensamiento (confusión mental)
  • dolores de cabeza
  • amnesia
  • mareo
  • dificultad con la función motora o el habla
  • hormigueo o entumecimiento

Efectos en la salud mental

  • ansiedad
  • depresión 
  • problemas para dormir (insomnio)

Síntomas respiratorios

  • tos persistente
  • dolor de garganta
  • dificultad para respirar

Síntomas estomacales y digestivos

  • dolores de estómago
  • diarrea
  • sentirse enfermo
  • pérdida de apetito, pérdida de peso

Síntomas auditivos, nasales y de garganta

  • cambios en el sentido del olfato o el gusto
  • tinnitus, dolores de oído

Síntomas generales

  • náusea
  • temperatura alta
  • fiebre intermitente 

Síntomas cutáneos y capilares

  • pérdida de cabello
  • erupciones cutáneas

Es posible que te diagnostiquen COVID persistente si tus síntomas:

  • siguen estando presentes 3 meses después de haberte infectado con COVID-19
  • están presentes durante al menos 2 meses (los síntomas pueden aparecer y desaparecer)
  • tienen un impacto en tu vida diaria

De la misma forma que el virus puede provocar a veces una enfermedad grave en personas jóvenes o sanas, los síntomas persistentes parecen afectar a gente de todas las edades, incluidos aquellos sin patologías previas.

El riesgo de síntomas persistentes no se limita solo a aquellas personas que experimentan una enfermedad grave al infectarse la primera vez. Aquellos que son asintomáticos o tienen un caso leve de COVID-19 también pueden hacer frente a una enfermedad prolongada o experimentar efectos a largo plazo. En ocasiones, estos síntomas tardan semanas o meses en aparecer. Parece que cualquiera, incluidos los jóvenes y la gente sin patologías previas, puede desarrollar COVID persistente.

Aunque no hay un solo tratamiento o medicamento que se use para tratar la enfermedad general de la COVID persistente, existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar algunos de los síntomas. Si estás experimentando síntomas nuevos o persistentes tras recuperarte de la COVID-19, es importante que hables con tu médico, que puede evaluar tus síntomas y, en caso necesario, realizar pruebas diagnósticas para detectar complicaciones. Tu médico también puede ayudar a monitorizar y gestionar tus síntomas con el tiempo.

La protección frente a la COVID persistente significa, en primer lugar, protegerte a ti mismo y a los demás de la infección. Según la Organización Mundial de la Salud, la COVID permanente "sigue siendo una enfermedad compleja de la que aún sabemos muy poco" y recomienda una serie de medidas simples y comprobadas que te ayudarán a protegerte:

  • Aceptación de ofertas de vacunas/refuerzos contra la COVID-19
  • Usar mascarillas bien ajustadas si sufres una infección respiratoria y mientras viajas
  • Lavar las manos con frecuencia
  • Cubrirte la boca al toser y estornudar
  • Asegurarte de que los espacios interiores estén bien ventilados.
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