El Centro de Asesoramiento de Instituto de Tecnología de California lo ha definido como "una colección de sentimientos de incompetencia que persisten pese a contar con información que indica que es todo lo contrario. Internamente se experimenta como inseguridad crónica y sentimientos de fraude intelectual".

En resumen, el síndrome del impostor consiste en sentirte un inepto o como un fraude en tu cargo profesional actual, aunque tengas un historial probado de éxitos conseguidos. Tu miedo a ser descubierto es constante, así como la creencia de que tus logros se deben a la suerte.

En realidad, el síndrome del impostor es un fenómeno completamente normal y muy común. Los investigadores creen que hasta un 70% de las personas lo han sufrido en algún momento de sus vidas. Diversos estudios han sugerido que el síndrome del impostor puede causar sobrecarga y agotamiento emocional. También está relacionado con el estrés, el miedo, la ansiedad y la depresión. 

Es posible que sufras el síndrome del impostor si:

• Sientes que "tuviste suerte" aunque hayas trabajado duro.
• Te resulta difícil aceptar un elogio.
• Sientes que no mereces atención ni afecto.
• Minimizas tus logros.
• El miedo al fracaso te paraliza.
• Estás convencido de que no eres suficiente.
• Eres perfeccionista y te mantienes en estándares increíblemente altos.

Si sientes que el síndrome del impostor se está acercando sigilosamente a ti, empieza a entrenarte para reconocer esos sentimientos e impedir su avance. Trata de identificar el desencadenante de tu síndrome del impostor. Reconocer las señales cuando surgen es el primer paso para superar el síndrome del impostor. 

Muchas personas que sufren el síndrome del impostor son triunfadoras y establecen un estándar increíblemente alto para sí mismas. Esforzarse por ser perfecto suele ser más contraproducente y solo hará que te sientas más como un fraude. Cuando te centras en lo logrado hasta ahora y en los pasos que seguiste para llegar hasta ahí, resulta más fácil darse cuenta de lo que uno ha conseguido realmente.

A menudo, el síndrome del impostor se manifiesta como una voz en nuestras cabezas que nos reprende con mensajes negativos como "no eres lo suficientemente listo" o "eres un fraude". En primer lugar, siempre que tengas un pensamiento negativo, intenta darte cuenta de ello. Acto seguido, no lo dejes pasar y haz frente a tu propia afirmación. Por ejemplo, si te das cuenta de que estás pensando "Solo tuve suerte", hazle frente con este otro pensamiento: "¿Qué pasos seguí y qué trabajo realicé para llegar aquí?" 

El síndrome del impostor suele manifestarse como una voz dentro de nuestras cabezas que nos desanima con mensajes negativos como “eres un fraude” o “No merezco lo que he logrado”. Si tienes pensamientos negativos, empieza a controlar a tu voz mental y a redefinirla siempre que sea posible. Por ejemplo, la próxima vez que cometas un error, intenta pensar “No ha sido mi mejor trabajo, pero lo haré mejor la próxima vez” en lugar de “Ha sido horrible”. Al redefinir tu monólogo interior, la forma en que te hablas a ti mismo en tu cabeza, estás reconfigurando tu línea de pensamiento.  

Una de las mejores formas de superar el síndrome del impostor es hablar de tus sentimientos con alguien en quien confías. Puedes hablar con amigos y familia, o incluso con un buen mentor empresarial, orientador, compañero o hasta un terapeuta.  Compartir aquello por lo que estás pasando hará que estés más preparado para hacer frente a tu síndrome del impostor y te ayudará a darte cuenta de tu verdadero valor.