"Dry January" (enero seco), el acto de abstenerse de beber alcohol en el mes de enero, se estableció por primera vez a través de una organización benéfica de defensa de la salud de Reino Unido en 2013 y, desde entonces, la popularidad de la tendencia de bienestar ha crecido en todo el mundo. El objetivo de la campaña era sencillo: animar a tantas personas como fuera posible a dejar de beber durante un mes para que comprobaran los beneficios que esto tenía en ellos mismos.
Dry January se ha convertido en una tradición en esta época del año, al mismo nivel que la retirada de los adornos navideños o anunciar los propósitos para el nuevo año. Y, aunque solo tiene lugar una vez al año, la tendencia hacia un consumo de alcohol consciente se está convirtiendo poco a poco en un fenómeno que abarca todo el año.
Beber con cabeza significa ser consciente de cuánto bebes y por qué, y tomarte un momento antes de consumir una bebida. Se puede hacer de muchas formas, desde decidir beber alcohol solamente en ocasiones especiales o ponerte un límite de una o dos bebidas cuando salgas de noche hasta tomar bebidas con un porcentaje de alcohol más bajo.
Beber con cabeza no quiere decir que tengas que dejarlo de golpe o incluso llevar un estilo de vida abstemio, sino que seas consciente de la cantidad que bebes y del valor que el alcohol aporta a tu vida. Las personas que beben con cabeza son conscientes de los efectos que el alcohol tiene en el cuerpo, cultivando una relación más sana con el mismo. Cuando bebes con cabeza, es más probable que pienses por qué lo haces. Puedes saborear el momento en lugar de echar mano a la siguiente copa.
Beber con cabeza puede tener beneficios increíbles para tu cuerpo y mente tras una temporada navideña indulgente. Los estudios revelan que tu sueño puede mejorar, que te despiertas con más energía y que desarrollas una relación más sana con la bebida. Asimismo, reequilibra la química de tu cerebro y te ayuda a experimentar sentimientos más positivos.