A menudo visto como una ventaja, comer fuera es un elemento común en los expatriados. Sirven para una variedad de propósitos, desde permitir reuniones tempranas hasta crear equipos o entretener a los directivos que están de visita. Aunque comer fuera le permite disfrutar de la cocina de su hogar adoptivo, si encuentra que está afectando a su bienestar, puede que sea el momento de hacer algunos cambios.
Influya en la elección del restaurante
Si es posible, busque restaurantes en el área y sugiera lugares que sepa que tienen opciones saludables en el menú. En general, los restaurantes de estilo japonés o mediterráneo a menudo tienen opciones nutritivas bajas en grasas en el menú.
Mire el menú antes de llegar al restaurante
Intente echar un vistazo al menú antes de llegar al restaurante. Si los platos presentan las calorías que contienen, debería ser más fácil tomar una decisión saludable. Si no es así, elija comidas con muchas verduras que hayan sido cocinadas al vapor o salteadas, carne o pescado a la parrilla y solo una pequeña cantidad de carbohidratos como patatas o arroz.
Pique algo saludable antes de llegar al restaurante
Esto puede parecer contradictorio cuando sale a comer, pero trate de comer algo de fruta, un yogur bajo en grasa o puede incluso tomar un vaso grande de agua antes de salir a comer. Esto evitará que tenga mucha hambre, lo que le haría pedir una comida más grande de la que pediría en caso contrario.
No ceda a la presión social
El hecho de que todos los demás vayan a comer pizza o una "comida trampa", no debería convencerle. Mantenga su plan en la medida de lo posible.
Pregunte cómo se cocina la comida
Esto supone un gran impacto en el contenido de grasa. Busque alimentos que hayan sido cocidos al vapor, escalfados, asados o salteados. Evite los fritos o rebozados.
Ignore el cesto del pan
Aunque sea tentador, comer del cesto regularmente afectará a su cintura. Aunque el pan es excelente para saciarse, tiene un valor nutricional limitado. En lugar de esto, guarde sus calorías para las verduras y la carne, que le mantendrán saciado durante más tiempo y le proporcionarán a su cuerpo los nutrientes necesarios para funcionar.
Llene su plato de frutas y verduras
Una vez más, observe cómo se cocinan, pero si hay verduras al vapor o hervidas en el menú o como acompañamiento, pídalas. Evítelas si están cubiertas con mantequilla. La frutas es más beneficiosa cuando se come cruda. Las ensaladas de frutas frescas son una excelente opción para un desayuno de trabajo.
Pida que el aderezo vaya aparte
Si su comida o ensalada viene con salsa o aderezo, pídala aparte y úsela con moderación. Los aderezos de mayonesa, salsa para carne y de ensaladas pueden ser fuentes ocultas de calorías. Intente limitar su consumo.
Sáltese el postre
Una forma fácil de recortar calorías cuando se come fuera es evitar los dulces. En su lugar, ayude a su cuerpo con la digestión mediante un té de menta o un café.
No olvide las bebidas
No olvide que el alcohol y los refrescos con azúcar también contienen calorías. No haga que todo el esfuerzo puesto en su comida se pierda al beber todas sus calorías en vino o refrescos. En su lugar, opte por té, café, agua o agua con gas con una rodaja de limón o lima.
En último lugar, controle lo que pueda. Puede que haya días o eventos en los que no sea posible comer sano, pero si elige sabiamente el resto del tiempo, el derroche ocasional no debería tener un impacto demasiado negativo en su salud.