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¿Debo seguir llevando mascarilla después de vacunarme? 


01 marzo 2021
 

Aunque las vacunas de la COVID son altamente eficaces, las que se han aprobado hasta ahora solo proporcionan hasta un 95% de inmunidad contra el virus. No hay manera de saber quién será, del 5%, el que no responda a la vacuna y que, por tanto, seguirá estando en riesgo de contraer la COVID-19.

Llevar mascarilla puede limitar su exposición al virus, lo que debería reducir en gran medida su probabilidad de enfermar, incluso si se ha vacunado.

Ninguna vacuna es eficaz de forma inmediata. El sistema inmunitario tarda unas dos semanas en generar los anticuerpos que bloquean las infecciones víricas. Las vacunas de la COVID tardarán un poco más, ya que algunas requieren dos dosis, con unas semanas de separación, para funcionar totalmente.

Dependiendo de la vacuna, la dosis inicial puede tardar entre cuatro y seis semanas en alcanzar niveles de protección e inmunidad comparables a los de los ensayos clínicos. Durante este tiempo, aún es posible infectarse y enfermar con el virus.

Aunque las vacunas de la COVID deben impedir que enferme con el virus, todavía no está claro si evitan que contagie a otras personas. Pese a que las vacunas impiden claramente que se alcance el estado grave de la enfermedad, los investigadores necesitan más tiempo para determinar si también detienen la transmisión.

Los estudios de las vacunas de la COVID-19 solo han medido si las personas vacunadas desarrollaron síntomas, no si se infectaron. Así pues, desconocemos si una vacuna evita las infecciones asintomáticas y si sigue existiendo la posibilidad de que una persona vacunada pueda transmitir el virus inconscientemente a otras personas que aún no se han vacunado.

Puesto que todavía existe una probabilidad de que pueda ser un portador silencioso incluso después de vacunarse, es importante que siga protegiendo a los demás mientras esperan su turno para recibir la vacuna. 

Sabemos que las personas con enfermedades crónicas como las enfermedades cardíacas y el cáncer corren el riesgo de desarrollar un caso grave de COVID-19. Y, puesto que esta población no participó en los ensayos clínicos, no podemos dar por hecho que tendrán el mismo porcentaje de efectividad que la población general.

De modo que, si ya ha recibido todas las dosis necesarias de la vacuna, se recomienda que siga llevando mascarillas para proteger a aquellos que son de riesgo o que aún no han recibido todas las dosis. 

La inmunidad de rebaño se alcanza una vez que una parte suficiente de la población se ha expuesto al virus, normalmente a través de la vacunación, que a su vez limita la capacidad de propagación del virus. Distribuir ampliamente la vacuna por todo el mundo y alcanzar la inmunidad de rebaño va a llevar su tiempo.

Los expertos creen que será necesario que un porcentaje de la población comprendido entre el 50 y el 80% se vacune para alcanzar la inmunidad de rebaño. La cifra real aún está por determinar. Así pues, hasta que alcancemos la inmunidad de rebaño, es importante que todos adoptemos medidas para proteger al prójimo, y las mascarillas seguirán siendo fundamentales para detener la propagación. 

A medida que se abren los países y las personas viajan más, aumentan las probabilidades de exponerse a distintas cepas víricas. Desconocemos durante cuánto tiempo seguirán siendo efectivas las vacunas en desarrollo, ya que el virus continúa evolucionando con el tiempo.

Por lo tanto, seguir llevando mascarilla es importante por las nuevas variantes de la COVID, las cuales se piensa que son más contagiosas. 

La duración de la protección de la vacuna aún está por determinar y se revisará a medida que se desarrollen las campañas de vacunación. Conocer por completo la eficacia de las vacunas a largo plazo puede tardar meses e incluso años. Además, incluso si su respuesta a la vacuna es buena, solo el tiempo dirá si serán necesarias inyecciones de refuerzo más allá del programa de vacunación inicial para mantener la protección.

Le guste o no, las mascarillas se han convertido en una parte fundamental de la respuesta mundial a la COVID-19, y su uso seguirá vigente al menos durante algún tiempo más.

“Las mascarillas seguirán siendo una medida clave para acabar con la transmisión del virus y salvar vidas, al menos hasta que la mayoría de la población mundial se haya vacunado, y sepamos más sobre el funcionamiento de la vacuna a largo plazo”, según la Organización Mundial de la Salud.